Desde el momento del diagnóstico de una enfermedad crónica, irreversible e incurable, se desencadenan una serie de problemas psicosociales que no sólo afectan al paciente sino también a su familia. Este tipo de  noticia suele ser causante de estrés, que afecta a todas las dimensiones  de la vida del paciente y su entorno significativo (aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales). 

La alimentación siempre se encuentra ligada con el cuidado y la sensación de salud. Se ha demostrado en la bibliografía que los pacientes identificaron los problemas relacionados con la nutrición como los que más frecuentemente afectan la sensación de bienestar y, por lo tanto, empeoran su calidad de vida. 

Culturalmente, el acto de comer es sinónimo de supervivencia y ésta, en la enfermedad avanzada se encuentra en peligro, por lo que es fácil que las sensaciones de los enfermos y sus familias sean de frustración e impotencia ante el hecho cotidiano de alimentarse.

A priori, las personas no consideran que la alimentación pueda constituir una causa de conflicto en caso de enfermedad grave y este suele asociarse a otros factores relacionados con el cambio de roles o la toma de decisiones. Sin embargo, la alimentación  no es un fenómeno ajeno a la conflictividad puesto que es una actividad relacional más que desarrollamos de forma cotidiana, condicionada por la conducta de los sujetos implicados. 

Las conductas de las personas se derivan del significado que otorgan a las cosas, de sus experiencias y de sus conocimientos. La comida significa salud, supervivencia y vida, cubriendo la necesidad básica de la nutrición. Sin embargo, también cumple otras funciones como las de relación social y cuidado. Además, poder comer significa normalidad y decidir no hacerlo o verse imposibilitado es una manifestación rotunda de  control.  

En este sentido, la comunicación entre el equipo tratante, el paciente y los familiares resulta vital para educar y ofrecer diferentes estrategias para poder responder a las necesidades de cada paciente. 

La finalidad principal de las medidas terapéuticas nutricionales en pacientes con algún tipo de enfermedad avanzada es contribuir al manejo de síntomas secundarios, y de está manera, mejorar la calidad de vida. En consecuencia, debemos tener en cuenta, por un lado, la condición clínica y el pronóstico de vida del enfermo y, por otro, los intereses y la actitud del propio paciente y de su familia.

A la hora de alimentar al paciente se debe tener en cuenta cuáles son sus deseos. De está manera, se hace hincapié en brindar estrategias para devolverle al paciente la sensación de control. 

La  alimentación, durante la fase paliativa de la enfermedad, se encuentra influenciada por todos esos condicionantes  generales, como asimismo, por aquellos relacionados con la repercusión física y psicológica de la misma. Todos los  síntomas que dificultan la ingesta, tales como la anorexia, la saciedad precoz,  las aversiones alimentarios, etcetera., así como la adaptación a las limitaciones o  incapacidades y la aceptación de la proximidad de la muerte del paciente , influyen en la conducta  de ambos actores.

El objetivo de la alimentación  será minimizar las molestias , lograr mayor bienestar y maximizar el disfrute del acto alimentario para el paciente.

Por todo lo mencionado anteriormente, destacamos y compartimos el siguiente algoritmo que representa el rol de los Lic. en nutrición en CP:

De está manera, invitamos a reflexionar sobre lo que habitualmente referimos como profesionales de la salud  a pacientes y sus familias: “que el paciente coma lo que quiera”, cuando muchas veces no pueden hacerlo, aumentando su sufrimiento y conflicto con su entorno significativo. Teniendo presente que no todos los equipos o profesionales cuentan con nutricionistas formados en CP, hacemos hincapié en el lugar activo que tenemos en el acompañamiento y alivio del sufrimiento. 

“ Todas las teorías y toda la ciencia del mundo, no pueden ayudar a nadie tanto como un ser humano que no teme abrir su corazón a otro”  E.K.R

Artículo redactado por la Comisión Nutrición de la AAMyCP